viernes, 13 de septiembre de 2013

MI VERANO EN EL VERDON

El día 27 de Julio partimos rumbo al Verdon (Alpes Marítimos, Francia), como se trataba de un viaje bastante largo, decidimos hacerlo en dos días. el primer día llegamos a Figueras para darnos un baño en el mar y el segundo partimos hasta nuestro destino La Palud Sud Verdon.

Y aquí, en la Palud ha sido dónde hemos estado prácticamente todo el mes de Agosto. Nos alojamos en el camping más antiguo de la zona, no el más completo pero sí en el que más ambiente de escaladores había, el camping de Jean Paul.
El camping
El primer día que llegamos, tras disfrutar de un baño en el lago Mustier, nos acercamos al cañón a ver las paredes, hicimos varias paradas en los miradores y cuando me asomé me impresionó tanto que no sabía si sería capaz de escalar allí con todo ese patio bajo mis pies.
Lago Mustier

La Pared

A pesar del cansancio del viaje no pudimos resistirnos a hacer unos largos, fue ahí dónde me di cuenta de lo difícil que iba ser escalar en el Verdon.
La primera semana hizo bastante calor pero teníamos tantas ganas que no nos importó mucho. Para escalar en la pared tocaba esperar a la tarde ya que por la mañana daba el sol, pero al tercer día el ansia nos pudo y empezamos a subir antes a las paredes empezando así a escalar a pleno sol. Por suerte la segunda semana empezaron a bajar un poco las temperaturas y aunque en las horas centrales hacía más calor, por la mañana y por la tarde había que ponerse la chaqueta y pantalón largo.
En  todos los días que hemos estado escalando apenas hemos coincidido con gente, desde el primer día nos dimos cuenta del grado de abandono que tienen las vías, tanto en la pared como en las petit falaise (sectores de deportiva de un largo). Fuimos alternando la pared con las petit falaises. 

Yoli

Santi

Pablo

Escalar en el Verdon ha sido una pasada aunque al principio bastante frustrante ya que es una escalada súper técnica y  el grado está muchísimo más duro que en España y a eso hay que sumarle el distanciado de las chapas, la equipación súper antigua y abandonada y el patio bajo los pies. Aún así escalar allí es una pasada, yo volveré.
Escalar en las petit falaise tampoco fue un paseo, acceder a algunos sectores fue toda una aventura y escalar en ellos también ya que salvo un par de sectores el resto estaban abandonadísimos.
Andrés

Mirador
Andrés
Santi, Pablo y Yoli
Pasados unos días ya teníamos controlados los sitios en la pared en los que mejor podíamos escalar y las petit falaises a las que podíamos acceder y las vías que eran factibles, es decir tenían reuniones y todos los spids.
Hubo algún día que descansamos de escalar y lo dedicamos ha hacer rutas de senderismo darnos un baño en el rio o en el lago.



Y así ha transcurrido el mes, con mucha aventura y mucho escalar y con ganas de volver.

Yoli


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pedazo de viaje¡¡¡¡¡¡¡¡,
un abrazo muy grande para vosotros y a seguir con la misma ilusión de siempre.
David, desde el sur.

Carburo dijo...

Que pena que una zona mítica hace años presente ese estado de abandono y dejadez que comentas :-(